jueves, 15 de enero de 2009

<<..Pequeña historia...


...Querido diario...otra vez estoy aquí, en el escenario en ruinas...aquí inspirándome y escribiendo pequeños relatos como el dia..nublado...aqui te dejo mi pequeño relato que escribí...

<<....Oía una melodía, una melodía que muchas veces antes había escuchado. Nunca le prestaba atención. Era como un murmullo a lo lejos, solo que esta vez, si la escuché. La melodía resonaba en mis oídos, era tan hermosa… el sonido de una nota que se mezclaba con la siguiente. Una sola no tiene sentido pero si se unía con otra podía crear una canción, es muy bonito si se toca con sentimiento, porque así lo transmite al que lo escucha. Es una magia que, no todos sabemos apreciar. Seguí andando por los negros pasillos, unos pasillos que me conocía perfectamente, ya que había pasado toda la infancia en ellos. No me molesté en encender la luz, simplemente no era necesario, porque si lo hacía, no le prestaría la misma atención a los sonidos, ya que me di cuenta de que con la luz apagada, nuestros sentidos mejoran, porque estamos atento a cualquier leve movimiento o roce que pueda haber en la oscuridad para enseguida asustarnos. Con esa mejoría en los sentidos se puede apreciar mejor el sonido de la música. Seguí al compás de la melodía acercándome cada vez más a la habitación de la que procedía. Cuanto más me acercaba más se me encogía el corazón. Llegué delante de la puerta, pero no quise abrirla, porque si lo hacía, se desvanecería mi esperanza, como cada sueño, cada pensamiento de entrar y encontrarme otra vez a ella allí… frente al piano, tocando una de sus fantásticas melodías…o mi preciada sonata, la sonata que nunca en mi vida olvidaré. Como cada vez que llegaba frente a la puerta no pude evitar mirar por la rendija, me asomé como tantas otras veces lo había echo, y al hacerlo una vez mas no lo pude soportar, caí al suelo de rodillas sollozando fuertemente, me daba igual todo, el mundo no es lo mismo ahora sin ella, ella era la chispa de vida, mi esperanza, mi apoyo, pero como siempre en la vida las cosas nacen y mueren. Ella era demasiado joven aún para marcharse, pero se fue…y me abandonó en este mundo tan cruel. Tantas veces la oí tocar, tantas veces deseé que volviera, tantas otras rogué cambiarme yo por ella, pero no, las cosas solo ocurren una vez en la vida, y lo que pasó se quedó atrás ya nada volverá a ser lo mismo…Tenia tanto talento…ella era…como un ángel de cabellos negros como la ceniza…y era tan amable, siempre lo había sido, siempre tan simpática y atenta…tan… Lloré como tantas veces lo había echo maldiciéndome una y otra vez por haberla dejado por habérselo permitido… pero en mi mente seguía viva una chispita de esperanza por volver algún día y encontrármela como todas las noches allí en el piano tocando…para mi…para ella…para todos…regalándonos esas melodías preciosas y llenas de magia para que la disfrutáramos tanto como ella lo hacía… Ahora la comprendo ahora, ya, demasiado tarde para todo, todavía oigo su risa cantarina a mi lado, sus ojos radiantes de alegría… ahora comprendo por que tocaba, tocaba para poder sentirse bien, única, libre como nadie antes se había sentido. Porque ese es un sentimiento muy agradable. Tocaba con pasión amor y sabiduría, de tantos años de prácticas… Con un tremendo esfuerzo conseguí levantarme del suelo y limpiarme las lágrimas. Empujé suavemente la puerta que tenía delante y vislumbré en la oscuridad una sombra dorada sentada en el taburete que tocaba el piano y que se movía al compás de su música que ella hacía surgir de sus dedos con un simple y agraciado movimiento. Aparté la mirada de aquel espejismo y seguir hacia delante, descubriendo pequeñas cosas que hace unos años habían pasado desapercibida como tantas otras. Después de observar aquella habitación, su habitación, la que durante muchos años ella había habitado y ocupado me apresuré a salir de ella. Eche un último vistazo al cuadro que estaba colgado en aquella oscura pared. No pude evitar que un par de lágrimas se escurrieran por mis mejillas al leer su nombre, un nombre que tantas veces había escuchado, querido amado, y sufrido. Aquellas seis letras a las que mi corazón no tenia fuerzas para superar, aquel conjunto de sonidos unidos que se juntaban para hacer aquel nombre…

...Carmen...

viernes, 2 de enero de 2009

Mi diario de melodias


<<…Querido diario, Te escribo hoy, como tantos otros días, desde el antiguo teatro de música y danza, tras el derrumbamiento que hubo hace unos años…aunque el escenario aun sigue en pie…y está lleno de escombros…pero aun si se mira con detenimiento se pueden ver las siluetas que bailan al son de las melodías…estoy el centro del escenario ...Es mi lugar favorito…es donde escribo…es donde pienso…me pasaría toda la vida aquí….bailando, cantando, soñando, fantaseando…De vez en cuando vengo aquí a bailar un poco de clásico, o a practicar piano o violín…con nada mas que la silenciosa presencia de las sombras o de ti, mi diario.

<<…Hay veces en las que las fabulosas melodías perdidas u olvidadas resuenan en mis oídos como las gotas del rocio al amanecer…Decirte querido diario que te contare mis experiencias con la música…y pequeños relatos que escribiré.